El Frisco es una bebida helada tradicionalmente elaborada a base de leche, jarabe de sabor (como fresa, vainilla o chocolate), y hielo picado, batida hasta alcanzar una consistencia espesa, suave y cremosa. Originario de México y muy popular entre los años 70 y 90, el Frisco solía servirse en fuentes de sodas, neverías y cafeterías, convirtiéndose en un clásico refrescante de las tardes calurosas. Su textura está a medio camino entre una malteada y un frappé, aunque no siempre contiene helado. Hoy en día, la nostalgia por el Frisco lo ha traído de vuelta en versiones artesanales o como inspiración para bebidas contemporáneas.
